La belleza de la mente, es aquella que crea pensamientos tales que se aferran a pensar cosas sucedidas en el exterior. A la vez procesa todas las cosas bellas de la naturaleza y las personas que ha visto.
La belleza del corazón, bien cultivada, es parecida a la de la mente, solo que es un poco más difícil de cultivar correctamente, porque a todo el mundo se le pasa de vez en cuando, una nube de malas esperanzas e ilusiones por encima de su corazón.
La belleza física es una belleza un poco menos importante. Mientras seas gentil, amable, bueno y tengas buenos pensamientos acerca de los demás no importa mucho tu belleza física. El problema es que mucha gente te juzga por tu aspecto y no por como eres en tu interior.
Hay personas que cultivan mal sus bellezas. De está forma ellos mismos crean las malas hierbas y la maleza. Son los que son malos, los que piensan mal sobre los demás y juzgan el aspecto físico. Esos han perdido su belleza interior. Son los que se han convertido en personas grises. Son los que no aman las maravillas del día a día.
Sin embargo, hay personas que cultivan bien sus bellezas. Son personas cuyos jardines son hermosos con frutas jugosas, plantas hermosas y flores nunca vistas. Estos piensan bien acerca de los demás, son buenos y gentiles y no juzgan a nadie por su aspecto. Esos disfrutan hasta la ultima gota de la vida. Son los que viven felices, contentos y satisfechos.
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